Este 12 de noviembre se produjo un incendio en el templo Yongqing, un sitio histórico de 1.500 años situado en Zhangjiagang, en la provincia de Jiangsu, China. El fuego dañó parte del edificio, según la consulta inicial que dio cuenta del hecho, y por el momento no hay más información pública sobre su origen ni sobre el alcance exacto de los daños.
Según informaron medios locales, el fuego comenzó cerca de las 3:00 de la mañana y se propagó rápidamente por la estructura de madera del edificio, que albergaba inscripciones, estatuas y ornamentos dedicados a Wenchang Dijun, el dios taoísta de la cultura y la literatura.
A pesar del intenso trabajo de los bomberos, que lograron controlar las llamas tras varias horas, el pabellón colapsó por completo. No se registraron víctimas, aunque las pérdidas materiales y culturales son totales.
Falla eléctrica o uso de velas
Las autoridades locales iniciaron una investigación para determinar las causas del siniestro. Entre las hipótesis se barajan una falla eléctrica o el uso de veladoras durante rituales nocturnos, sin descartar la posibilidad de negligencia o vandalismo.
El templo Yongqing, fundado durante la dinastía Ming, es uno de los complejos religiosos más antiguos de la región. El pabellón Wenchang era considerado un símbolo de devoción académica: allí, durante siglos, estudiantes acudían a rendir homenaje antes de los exámenes imperiales o universitarios.
Reconstrucción
Expertos en conservación advirtieron que la reconstrucción será un desafío, ya que muchas de las piezas destruidas eran originales e irremplazables. En tanto, la comunidad local comenzó a organizar campañas para recaudar fondos y exigir que la restauración se realice respetando los criterios históricos del templo.
El incendio se suma a una serie de incidentes recientes que han puesto en alerta a las autoridades culturales chinas sobre la vulnerabilidad del patrimonio histórico frente al avance urbano, el turismo masivo y la falta de mantenimiento. La tragedia del pabellón Wenchang reaviva el debate sobre la necesidad de fortalecer las políticas de conservación y prevención en templos y sitios religiosos de alto valor histórico.
Fuente: El Litoral

